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RICARDO BROWN

La Marcha de la Calle Ocho. 28 de marzo/10

 

Fue impresionante la cantidad de personas que acudieron a la marcha en la Calle Ocho convocada por Gloria Y Emilio Estefan en apoyo a las Damas de Blanco. Hubo más de cien mil personas, según la Policía de Miami. Contrasta esto con la reducida concurrencia a otras manifestaciones en contra del régimen de La Habana que se han llevado a cabo en tiempos recientes en Miami. 

Obviamente, los Estefan tienen poder de convocatoria. Son queridos por la comunidad cubano-americana. Son triunfadores, personas que proyectan una imagen civilizada, decente. Eso es importante. Los cubano-americanos -como cualquier otrro grupo- quieren sentirse representados por quienes les convocan.

Son frecuentes las manifestaciones en contra del castrismo en Miami. Quienes organizan esas manifestaciones, y quienes participan en las mismas, tienen todo el derecho -y toda la razón- en hacerlo. Pero la realidad es que no todo el mundo tiene poder de convocatoria. Los Estefan, sin ser lîderes políticos, tienen y proyectan una buena imagen. Y las imágenes, los símbolos, el mensaje, la forma  en que se proyecta ese mensaje, son importantes.

Fueron impactantes esas imágenes de decenas de miles de personas vestidas de blanco marchando por la Calle Ocho. Y las palabras de Gloria, sencillas, sin histrionismo ni estridencia, en español y en inglés, fueron una denuncia contudente de lo que viene ocurriendo en Cuba desde hace más de medio siglo.

Todo el mundo tiene derecho a expresar sus ideas. Todo el mundo tiene derecho a convocar a protestas, a pedir que se les siga.  Pero no está garantizado que habrá una respuesta multitudinaria a esa convocatoria, por muy buenas que sean las intenciones de quienes convocan. Más allá del carisma, los líderes tienen que prepararse. Tienen que aprender a expresarse bien. Tienen que adquirir cultura y conocimiento. No se puede improvisar el liderazgo. Hay que saber persuadir. No basta con denunciar, aunque la denuncia sea justa. Hay que convencer. Gloria y Emilio lo hicieron. 

 

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