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RICARDO BROWN

Regreso aquí. 12 de enero/10

Al momento de escribir esto, apenas comienza a llegar informacin sobre el terremoto que sacudió a Haití. Hay pocos detalles. Pero de seguro el saldo humano y material será horrendo.

Yo me siento impactado. Conozco bastante bien a Haití. Le tengo cariño a su gente, a su historia, a su música, a su arte. No entiendo porque se ensaña la madre naturaleza con un país tan sufrido y pobre.

 

Gracias, Emilio Ichakawa, por tus generosas palabras. Mi pintura no merece elogios. No es de gran calidad. Sí tiene, creo, honestidad. La honestidad sencilla de un niño. Pinto como un niño. Me vuelvo niño con pincel en mano ante un lienzo.

Te cuento, por cierto, que le perdí el miedo a pintar precisamente por Haití, Honduras y Nicaragua, países donde abundan los pintores naif. Jamás seré tan bueno como ellos. Pero admirando su obra, conversando con ellos, aprendí una nueva definición del arte. Aprendí que vive en todos nosotros y que pide, nos exige, que le demos expresión.

Ellos, los pintores que conocí en Haití, Honduras y Nicaragua, son, junto a Calder, y mi tío Pepe Cid, mis maestros.

 

¿Porqué dejaste de escribir en el blog? Es una pregunta que me han hecho varios. Bueno, pues vuelvo a escribir. Dejé de hacerlo por falta de tiempo. Por los “holidays.” Por mamera, como dicen los colombianos. Por no se que. Quizás dejé de hacerlo porque no tenía nada que decir. De todas maneras, gracias por preguntar.

 

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