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RICARDO BROWN

Dios y Haití. (8:20 PM, 13 de enero/10)

Escuché por televisión a un demente decir que lo que ocurre en Haití es castigo de Dios.

¿Castigo porqué?

Creo en la libertad de expresión. Respeto la opinión ajena. Pero confieso que me hubiera sido difícil resistir la tentación de mandar al carajo a la persona que dijo esto si la hubiera tenido frente a mi.

Ahora que pasó un rato, pienso esto:

Ya que a veces nos creemos que podemos interpretar el pensamiento de Dios, ¿porque no contemplar la posibilidad de que quizás nos juzgue por la generosidad que mostremos con un pueblo hermano tan sufrido?

Yo no soy estoy seguro de nada.

No tengo comunicación directa con Dios.

No me susurra al oido ni me llama al celular.

Pero, caramba, yo no me imagino, no concibo, a un Dios que sea monstruosamente cruel y desate la furia sobre uno de los pueblos más desdichados de este planeta.

Prefiero imaginar a un Dios que nos convoca a la solidaridad.

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