Son una partida de farsantes. (1 de julio/09)
Yo me huelo que eso que dice el depuesto Presidente Manuel Zelaya de que regresará a Honduras el jueves es un paripé. No me sorprendería que lo que pase es que Zelaya, Rafael Correa, Miguel D’Escotto, Cristina Fernández y José Miguel Inzulsa se monten en un avión y que este sobrevuele Tegucigalpa y se le niegue el permiso de aterrizar. Entonces el avión volverá al lugar de donde partió y Zelaya y sus acompañantes se bajarán con caras tristes o bravas y harán todo tipo de declaraciones sobre como los golpistas les negaron entrar a Honduras. Me parece que van a montar un teatro. Todas estos personajes del Socialismo del Siglo XXI son "drama queens." Lo mismo asumen poses de guapos de barrio que se hacen las víctimas y lloriquean como unas viejas plañideras.
A Zelaya yo no lo veo tan valiente como dice ser. Si lo fuera, no se hubiera dejado haber montado por la fuerza en un avión y echado de su país en piyamas. Uno puede haber estado de acuerdo o no con Salvador Allende. Pero nadie discute que resistió y murió como un hombre. Este señor Zelaya lo único que ha hecho es lamentarse de que unos soldados armados con rifles y cuchillos y con los rostros cubiertos y unos chalecos blindados le quitaron su celular y creo que un osito de peluche también. No sé porque ha insistido en eso de que los soldados que lo detuvieron tenían puestos unos chalecos. Por alguna razón impresionaron mucho al Sr. Zelaya los chalecos de los soldados que irrumpieron en su dormitorio. A lo mejor el Sr. Zelaya quisiera ponerse uno de esos chalecos junto al sombrero ridículo de cowboy que a veces usa. Quien sabe.
A mi no me gustan los golpes de estado ni las tanquetas en las calles. Y no estoy de acuerdo con que gente armada le arrebate los celulares y ositos de peluche a nadie. Pero sigo insistiendo en que hay mucha hipocresía en todo esto del derrocamiento de Zelaya. Primero que todo, Zelaya llevaba tiempo en bronca con la legislatura y el poder judicial. Pisoteó la constitución que dice amar tanto. Yo les aseguro que si Sarkozy, Obama o Alan Garcia abusan del poder como venía haciendo Zelaya, los someten a un juicio político. Pero bueno, en Tegucigalpa lo que hicieron los soldados con rifles, pasamontañas y chalecos fue despojar a Zelaya del celular, el osito de peluche y la presidencia y lo montaron en un avión que se lo llevó del país vistiendo aun sus piyamas. Por cierto, me imagino que eran de seda esos piyamas. Vamos a estar claros, Zelaya es un oligarca. Un millonario terrateniente que antes de convertirse en adalid del Socialismo del Siglo XXI tenía fama de maltratar a los obreros en su hacienda.
Zelaya, por si no lo saben, nació en cuna privilegiada. Claro que no aprovechó la fortuna de su familia para estudiar nada. Solo hay que oírlo hablar para darse cuenta que el Sr. Zelaya es un cafre. Pero a pesar de su incultura, es de esos oligarcas odiosos que abundan en América Latina que se creen mejor que nadie. Adoptó el Socialismo del Siglo XXI para poder coronarse como emperador de Honduras.
Yo no creo en Zelaya ni en ninguna otra de esa gente que anda dando gritos y lloriqueando por lo que ocurrió en Honduras el pasado domingo. Todos son unos farsantes. José Miguel Inzulsa, el Secretario General de la Oea, es un trepador que, con tal de poder seguir viviendo como un pachá en Washington como Secretario General de la Oea, le lame los pies a toda la escoria del Socialismo del Siglo XXI. Chávez, con su típica chusmería, le dijo pendejo a este sujeto. Lo humilló públicamente. Ahora acabamos de ver una foto de Inzulsa en Managua dándole palmaditas en la espalda a Chávez.
¿Y que me dicen de Miguel D’Escotto, el presidente de la Asamblea General de la Onu? Zoilamérica Narváez, la hijastra abusada sexualmente por Daniel Ortega cuando era una adolescente, una vez fue a hablar con D’Escotto sobre los horrores que estaba sufriendo de manos de su depravado padrastro. D'Escotto, un sacerdote Maryknoll, era entonces canciller del gobierno sandinista. D’Escotto le dijo a esa pobre muchacha que ser violada por Ortega era la cruz que le tocaba cargar a ella en nombre de la Revolución Sandinista. Así de desvergonzada es toda esta gentuza. Ahora D’Escotto es nada menos que el presidente de la Asamblea General de la Onu, donde por cierto, tiene empleados como ayudantes a dos sobrinos imbéciles e ineptos. ¿Qué otra cosa puede esperarse de esta escoria, que siempre abusa del poder y favorece a sus familiares y amigotes?
Yo prestaría un poco más de atención a todos estos reclamos de defensa de la democracia y el orden constitucional si vinieran de gente decente. Pero casi toda está gentuza que ha puesto el grito en el cielo es inmoral en su vida personal y es hipócrita en sus posiciones políticas. Es gente que carece de ideales y principios y se aprovecha de la pobreza y la esperanza de los desdichados pueblos latinoamericanos para llegar al poder y convertirse en la nueva oligarquía ladrona y explotadora.
¿De qué democracia pueden hablar quienes besan los pies de Fidel Castro, que encabeza una dictadura militar que lleva 50 años en el poder?
Pero, bueno, esto se hace largo. Sin embargo, no quiero concluir sin señalar que no me sorprende que Chávez se zafó de acompañar a Zelaya en el supuesto regreso a Honduras. Chávez es muy valiente cuando lo separa la distancia de sus rivales. Se hizo el loco cuando el Rey de España lo mandó a callar en Chile. Luego habló horrores del Rey cuando no lo tenía delante, para luego acribillarlo a besos cuando se lo volvió a encontrar. A Uribe le ha dicho los peores insultos estando él en Caracas y Uribe en Bogotá. Pero cuando lo ha tenido de frente, solo ha tenido elogios para Uribe.
Chávez es el típico cobarde de lengua suelta. Es un cobarde físico e intelectual también. Miren como le huyó a un debate con Mario Vargas Llosa después de desafiarlo.
Por último, fueron unos pusilánimes todos esos periodistas que le hicieron preguntas complacientes y tímidas a Zelaya en la rueda de prensa que realizó en la Onu. No era cuestión de insultarlo. Pero alguno de ellos debió preguntarle algo sobre si no hacer caso a un fallo del Tribunal Supremo no constituye un acto inconstitucional en Honduras.
Pero, bueno, es que la prensa también es parte del sainete. Yo, como soy el más cínico y más bruto de todos los periodistas, también le hubiera hecho una pregunta estúpida a Zelaya. Le hubiera preguntado:
“Honorable Señor Presidente Constitucional Zelaya, ¿No debería usar un mejor tinte para teñirse el cabello y los bigotes? Usted Sr. Presidente es un valiente gladiador contra el golpismo y defensor de los pobres, pero, ¿no se ha dado cuenta que se echa un tinte barato y mal aplicado y que a veces le lucen azules la cabellera y los bigotes?”
Ojala que algún día haya gobernantes en América Latina a la altura de los pueblos. En general, los que ha habido hasta ahora son pura porquería.
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