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RICARDO BROWN

Gente que vale la pena; gente que sobra (28 de mayo /09)

 

SONIA SOTOMAYOR--

Es importante la designación de la Jueza Sonia Sotomayor para uno de los escaños en la Corte Suprema de Justicia. Era hora que una persona hispana, en este caso una destacada jurista de ascendencia puertorriqueña, fuera parte del máximo tribunal de la nación.

En las próximas semanas, el Comité Judicial  del Senado y la prensa hurgarán en todo el historial profesional y hasta personal de la Jueza Sotomayor. Ya hay críticas contra ella de los sectores más conservadores del país. Y no hay que sorprenderse ni mucho menos enojarse. Para eso vivimos en libertad. Es un saludable ejercicio de democracia que las personas que son designadas a altas posiciones, en este caso una que es vitalicia, sean sometidas a este tipo de cuestionamiento.

Pero al final, pienso que el Senado aprobará la designación. Y me parece bien. Es bueno que un personaje  tan importante de la vida pública sea una neoyorican que se crió pobre y huérfana de padre en el Bronx y que se graduó con altos honores de Princeton y Yale y ahora entra a la historia. Me hace sentir bien como latino en Estados Unidos.

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GENTE INDESEABLE--

Yo me alegro muchos cuando  algún latino en este país se destaca en algo. Me encanta Latino América. Su música, su cultura, su cocina, la belleza de sus mujeres. Pienso que, en general, los latinos aportamos mucho a este país.

Pero, ¿saben qué?

Me jode la gente latina que viene a vivir acá e irrespeta las tradiciones de este país. Me joden las pandillas callejeras esas que hay en algunos barrios latinos. Los tipejos esos feos y llenos de tatuajes y con cara de bravos y sus novias con las expresiones de locas enfurecidas y los labios y las uñas pintadas de negro.

Me jode la gente latina que echa basura en la calle. Y no me digan que son solo unos pocos. Yo los veo todo el tiempo. Compran comida en un McDonald’s y echan los papeles de envoltura de esa asquerosa comida en el piso. Me imagino que en sus familias no  hay apego a la higiene.  Pero que aprendan a vivir en civilización.

Me jode toda la gente imbécil esa que se pasa una vida en este país y no hace nada por aprender inglés. Esa gente que vive en un mundillo cerrado y desprecia a los americanos. A mi, por supuesto, me caen mal los americanos que desprecian a los latinos. Pero no soporto tampoco a alguna gente que viene de América Latina, sin que nadie se lo pida, y habla mal de este país y su gente.

Conozco a gente que habla de “su cultura,” de cómo hay que defenderla y otras imbecilidades por el estilo. Y la verdad es que sus respectivos países latinoamericanos tienen una cultura digna de ser defendida, como es el caso de todos los países del mundo. Pero  es que casi siempre  estas personas son incultas, además de mal agradecidas. Son ellas las menos llamadas a representar a la gente de su nacionalidad.

Y ni me hablen de los tramposos esos que vienen a este país y en vez de ponerse a trabajar o estudiar se dedican a la trampa. A estafar el Medicare o a las compañías de seguros o a custodiar cultivos  de marihuana hidropónica  en sus casas. Por mi que los metan presos a todos y una vez que cumplan largas condenas que los deporten.

Que se vayan al carajo.

Yo me identifico y defiendo a la gente latina en Estados Unidos que trabaja duro, que vive decentemente, que insta a sus hijos a estudiar. Es decir, la gran mayoría. Casi todos. Pero no tengo reparo en decir que desprecio a los vagos, los tramposos, los violentos, los sucios, los racistas. Y, aunque son minoría entre nosotros, es bueno expresar nuestro rechazo hacia ellos.

Que se vayan al carajo. There. I said it again.

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