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RICARDO BROWN

Una crítica venenosa de algunos noticieros de la televisión en español. (9 de mayo/09)

Dicen que soy periodista. Pero yo no conozco nada de este oficio que vengo ejerciendo desde hace una eternidad. No voy a decir exactamente cuanto tiempo para no revelar lo viejo que me estoy poniendo. Pero es un montón de años.

Me he ganado algunos cuantos premios por mi trabajo. Cuando era muy joven me dieron uno de los más prestigiosos premios en el país por el primer documental que realice. Me pareció sensacional en aquel momento  que me reconocieran. Yo era idealista e inocente entonces. Pero los años lo convierten a uno en una persona muy cínica. Desde hace tiempo, los premios periodísticos me dan una mezcla de asco y risa.  Me han otorgado otros galardones, entre ellos varios Emmy. No guardo ninguno. Los regalé, los perdí, los eché a la basura, Un día decidí que esos premios eran una porquería. Me parecían ridículas las ceremonias de presentación. No soportaba las imbecilidades que decía la gente cuando iba al micrófono a recibir el premio y daba gracias a su mamá, su esposa, la nana que los crío y el sabio y generoso jefe que les dio la gran oportunidad de la vida. Yo conocía a mucha de esa gente que recibía los premios. Y conocía su trabajo. Me parecía que su trabajo era mediocre. Y sabía que esas personas eran brutas y vanidosas. Además tampoco estaba muy satisfecho de la calidad de mi trabajo. Quizá llegué a la conclusión de que el más bruto y vanidoso de todos era yo. Pensé que no merecía ser nominado para ningún premio ni mucho menos recibirlo. Deje de someter mi trabajo para premios.

No sé porque me desvié y comencé a hablar (esto es como una conversación a solas) de los premios. Les cuento que yo escribo estas cosas espontáneamente. Me siento frente al laptop y comienzo a teclear en un “stream of consciousness." Me entretiene. Pero escribo mucha basura.  Quizá me deberían dar un premio. Pero bueno, lo que quería decir originalmente es que anoche, por cuestiones de trabajo,  tuve que ver algo de las noticias en la televisión en español. Hubo algunas cosas interesantes. Pero en general, lo demás era repugnante.

Vi a gente estúpida que nunca ha leído un periódico ni mucho menos un libro de historia poner cara de inteligencia cuando decía en voz alta cosas que les había escrito  alguien sobre la epidemia de gripe porcina o la crisis económica. Apareció  en pantalla una de las personas más egoístas, trepadores e hijeputas que he conocido, haciendo  muecas (eran eso, muecas) cuando trataba de expresar su amor y solidaridad con los inmigrantes ilegales, los niños desvalidos y las ancianas artríticas. Y que paternalismo en todo. Una actitud de que los televidentes, que en este caso son los hispanos de Estados Unidos, son unas pobres víctimas, vapuleadas por un sistema cruel y que hay que defenderlos y protegerlos. Y claro, quienes han sido escogidos por el destino para defenderlos son ellos,  los cabrones hipócritas  que se presentan en pantalla haciendo muecas (les juro que eran muecas) y hablando  cursilerías espantosas. Que derroche de babosería, tinte de pelo mal aplicado, “bad Botox, “ y mediocridad. ¿Dónde carajos fue a parar aquello que se llamaba periodismo?

Pero bueno, no me hagan caso. Al principio dije que no conozco nada de este oficio a pesar del tiempo que llevo ejerciéndolo. You can’t argue with success. Toda esa gente es exitosa, aunque algunos no tanto como los otros. Y ya lo he confesado  muchas veces. Yo soy un tipo cínico, malo, amargado y resentido.

 

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