CUBA (6 de noviembre/08)
¿Por qué no escribes de Cuba en el blog? Me lo preguntó alguien. No estoy seguro si la pregunta era bien o mal intencionada. Sea como fuere, merece respuesta, al menos para las tres personas que tal vez leen el blog.
Pues no escribo de Cuba porque no hay mucho más que decir. Son cincuenta años de dictadura comunista en la isla. A estas alturas, ya se ha dicho todo. No creo que pueda convencer a nadie de que el sistema que impera allí no sirve. Y francamente, nadie me va a convencer a mi de lo contrario.
Ahora, ya que abordé el tema, aunque que caiga en la redundancia, esto es lo que pienso:
1. Fidel Castro es un tirano. Su hermano Raúl es un tirano. Desde hace cincuenta años mandan en Cuba el mismo partido y la misma familia. ¿Qué otra definición se le puede dar al régimen de Cuba que no sea una tirania.
2. Además de ser unos tiranos, los Hermanos Castro son ineptos en el manejo de la economía. El comunismo, de por si, es una forma desastrosa de organizar un país desde todos los ángulos posibles. Pero la ineptitud de los Castro es atroz. Lo único que han hecho es crear pobreza y miseria.
3. Fidel es un ególatra que se cree que se las sabe todas. Insoportable. Rául es un borracho antipático y cagalitroso.
4. A estas alturas, a mi me da lo mismo que haya gente en el mundo que apoye a los Castro. Me importa un bledo las razones que tengan para hacerlo y no me interesa escucharlas. Pero pienso que, o son unos miserables que están a favor de la injusticia, o son unos ignorantes. Pero, ¿saben qué? Lo repito. I don’t care.
5. Tampoco siento que estoy en la obligación de estar machacando sobre lo que pienso yo sobre la dictadura castrista. ¡Cincuenta años! Pienso que no puede haber un ser racional que no se de cuenta que aquello es una dictadura. Pienso que, con todas esas imágenes de televisión que se ven de la desesperante pobreza que hay en Cuba, con toda esa gente que huye en balsa, no puede haber gente sensata que de veras crea que allí hay justicia social.
Pero hasta aquí. Nací en Cuba. Me siento cubano. Amo la cultura cubana, su poesia, su literatura, su arte y, sobre todo, su música. Amo su historia. Desciendo de cubanos que dieron su vida en las luchas por la independencia. Me encanta el lechón asado, el congrí, la yuca con mojito. Ahora, no vivo obsesionado con el tema de Cuba ni mucho menos con los viejos esos que están en el poder en La Habana. El que quiera vivir así, que lo haga. No se lo critico.
El que quiera desayunar, almorzar y cenar pensando en lo terrible que es la dictadura de los Castro, que lo haga. Se lo respeto. Y, por otra parte, el que siga creyendo en aquello, sea cubano o extranjero, que lo haga. A mi me da lo mismo. I don’t care. Yo no voy a tratar de convencerles a que cambién de opinión.
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