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RICARDO BROWN

La reunión de Raúl Castro y el Cardenal Ortega. 26 de mayo/10

Ojalá que la reunión del Cardenal Jaime Ortega y el Arzobispo Dionisio Garcia con Raúl Castro produzca alivio aunque sea para algunos presos políticos cubanos y enfermos y sus familias. Pero no es el momento de batir palmas. El régimen es tramposo. De todas formas, es importante tener en cuenta que Raúl Castro no le está haciendo ningún favor a nadie. Los presos de conciencia no deberían estar encarcelados en primer lugar. Ellos y sus familias son víctimas, al igual que el resto de los cubanos, de la monstruosa opresión de esa familia de asesinos que secuestró a Cuba hace más de medio siglo.

El régimen juega al tiempo. Le preocupa su imagen en el exterior. Esos comunistas hijos de puta quieren pisotear a los cubanos y que se les aplauda en el extranjero. Como les aplaude la gentuza como, digamos, el personajillo indecente ese que se llama Willy Toledo, un mediocre actor español y otros tipejos y tipejas de quinta categoría del mundo artístico y supuestamente intelectual de la extrema izquierda. Le molesta a los ñangarotes tropicales que hoy día, con el fenómeno de la Internet,  los blogs, los teléfonos celulares con cámara y el You Tube no puedan ocultar sus crímenes y sus abusos y el desastre existencial que le han infligido al pueblo cubano.

Ellos quieren fusilar y que nadie se entere. Quieren imponer condenas penales draconianas a los disidentes y que les celebren la gracia. Quieren organizar turbas de las bestias incivilizadas que produce el adoctrinamiento comunista para golpear en las calles a mujeres indefensas y que se les aplauda. No pueden resistir que se les condene. No saben como reaccionar a que están quedando al desnudo y que cada vez más el mundo conoce que lo que hay en Cuba es una dictadura familiar de ancianos racistas, asesinos y ladrones.

Por eso es que Rául Castro, empleando la estrategia comunista de siempre, da un paso a un lado y otro paso atrás y se sienta a hablar y se deja retratar con el sonriente Cardenal Ortega y el Arzobispo Garcia. Por cierto que sobraba esa sonrisita del Cardenal en la foto. La realidad es que el régimen solo compra tiempo mientras piensa como limpiar su imagen en el exterior.

Probablemente le regalarán algunos presos al Canciller del Vaticano cuando visite la isla en junio.

Yo me alegro que pongan en libertad a algunos presos de conciencia. Pero no le renonozco ningún mérito al régimen por esto. Ni tampoco pienso que hay que dar vítores al Cardenal Ortega por su gestión.

 

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