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RICARDO BROWN

Era desagradable aquel zepelín. 6 de mayo/10

Uno a veces calla ante la mala educación, ¿no? ¿Será bueno? ¿O quizás no sería mejor, como un servicio a la sociedad, trata de instruir a la persona mal educada? Por ejemplo tal vez hubiera sido bueno decir esto: 
 
Mira, despreciable bola de grasa, uno se disculpa. Uno no interrumpe. Uno no habla a gritos. Uno se pone a dieta, urgentemente. Uno se hace una liposupción antes de salir a la calle y dar alaridos y manotear. 
 
Pero, pensándolo bien, es mejor callar. ¿Para que ofender a alguien que obviamente tuvo malos ejemplos en su casa? Y la verdad es que no es un delito que una persona parezca algo así como una montaña de gelatina. No tiene la culpa de que le bailen las masas. 
 
Sería cruel decírselo. Pero  tal vez no tenga nada de malo escribirlo aquí, ¿no? 
 

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