Preguntas, preguntas. 1 de abril/10

Preguntas que nunca se harán a alguien como, digamos, el Canciller de Cuba,  Bruno Rodríguez:

 

Señor Canciller, su gobierno dice que Orlando Zapata Tamayo era un mercenario. ¿Cuanto cree usted que le hayan pagado por morir en una huelga de hambre de 86 días? ¿Millones? ¿Se los habrán depositado en alguna cuenta de banco en Suiza para que los disfrutara su señora madre? ¿Y si es así, cómo es que esa señora se ha quedado en Cuba, aguantando golpes, amenazas e insultos por defender la memoria de su hijo? ¿No le teme. Sr. caciller,  al poder de un Imperialismo que pueda convencer a un humilde albañil negro, nacido y educado en la Revolución, a que se inmole?

Y claro que el honorable y culto jefe de la diplomacia cubana mandaría al carajo a quien le hiciera esas preguntas. Y se enojaría más quizás con esta:

Señor Canciller, a quienes le precedieron en su cargo no les fue bien. ¿No teme correr la misma suerte de Roberto Robaina y Felipe Pérez Roque? ¿No teme a las grabaciones y los videos que le hace la Seguridad de Estado al Ministro de Relaciones Exteriores de turno, para luego editarlas y usarlas en su contra?