El hipocritón John Edwards que se las daba de marido fiel y solidario con su esposa enferma. (21 de enero/10)
Nunca me cayó bien John Edwards. Siempre me pareció hipócrita. No me alegro de lo que le está pasando. Pero me alegro de que no llegó a la presidencia.
Edwards acaba de confesar que es el padre de la niñita de la mujer con quien tuvo amoríos mientras su esposa luchaba contra un cáncer que amenazaba con su vida. Lo negaba hasta ahora. Como negó por mucho tiempo que tenía una amante hasta que finalmente lo confesó.
A mi generalmente me importa un bledo la vida sexual de la gente. Por ejemplo, me da lo mismo cuantas amantes haya tenido Tiger Woods. Allá su esposa y él.
Pero con los políticos santurrones la cosa es distinta. A mi no afecta en lo más mínimo cuantos torneos de golf gane o pierda Tiger Woods o cuantos millones le paguen por vender productos. Pero si me afecta que político hipocritón, que se las da de hombre de familia, llegue a la Casa Blanca. Un farsante como John Edwards puede hacer mucho daños en el poder.
Edwards acaba de admitir que es padre de la niña no porque lo tocó una luz divina. Resulta que en estos días va a salir a la venta un libro en que uno de los principales asesores de Edwards revela todos los detalles sobre como el ex senador le pidió que dijera que él era el amante de la mujer con quien Edwards tenía amoríos y era padre de la criatura. Y lo hizo. Ahora traiciona a Edwards. Al igual que Edwards traicionó a su esposa, traicionó a su amante, y traicionó a su hijta, ahora lo traicionan a él.
Alguien me hablaba de Berlusconi, de John F. Kennedy, de otros políticos con la bragueta traviesa. Pero yo pienso que no es lo mismo que Edwards. Edwards se la daba de santurrón, de niño bueno. Tremendo hipocritón.
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