Haití Cherie (13 de enero/10)
Desperté pensando en Haití. ¿Cómo iba a ser? Tengo tantos recuerdos de Haití. Siento tantas cosas ahora por Haití. Y en este momento no sé expresarlas. Pero encontré un viejo poema, mal logrado, que una noche me nació en Haití. Es sobre alguien a quien quería mucho entoces. Alguien que me quería a mi. Hoy somos amigos en la distancia. Amigos que se quieren y se desean lo mejor. No sé porqué, pero siento urgencia de colocarlo aquí. Por aquello que sentí en Haití aquella noche en que me creí poeta. Haití siempre me hizo creer cosas maravillosas. Y hoy que vuelve a sufrir Haití, que su gente vuelve a llorar, no sé de que otra manera expresar el dolor que siento, el sentido de que más que una catástrofe natural ha ocurrido una terrible injusticia. Como siempre. No comprendo porque el destino es tan injusto con Haití
Hay un millon de estrellas
y una brisa que trae aroma de hierba mojada
y trae el sonido de música y risas.
Miro hacía el mar.
Una luz parpadea en la lejanía.
Me imagino una sirena, un marinero casi niño.
O casi viejo.
Un suspiro.
Un beso a escondidas.
Un adiós de amantes.
Miro hacía la ciudad.
Y la noche y la distancia engañan.
Desde las lomas de Petionville,
Puerto Príncipe luce bella.
Elegante.
Alegre.
Próspera.
Pero de pronto pienso que nunca he escuchado
el trinar de un ave en Puerto Príncipe
ni he visto un arcoiris.
Y me doy cuenta en este momento que ni siquiera sé si crecen flores
en Haití.
La tristeza me invade.
y me atenaza el pecho
Me duele Haití.
Hasta que
como milagro
siento tu imagen
y recuerdo que tú amas a Haití.
Sonrío.
Sé que en la mañana cantará un ruiseñor
y el cielo estallará en colores deslumbrantes
y en la brisa flotarán pétalos
de rosas silvestres
y se sentirá su fragancia.
Sé que todo eso es posible.
Porque
aunque esta noche te extraño
sé que existes.
Petionville, Puerto Príncipe. 15 de diciembre de 1995
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