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RICARDO BROWN

Descarga. 25 de agosto/09

 

Bien rápido, que estoy apurado esta mañana,

1. Siempre me ha parecido que un gran porcentaje de los seres humanos verdaderamente no cree en la libre expresión. Si esa gente pudiera, silenciaba a quienes no opinan igual. Eso es así en Cuba, donde los fanáticos y oportunistas del fidelocomunismo controlan todos los medios de comunicación y, por supuesto, cuentan con un monstruoso aparato represivo para aplastar la más mínima disensión.

2. En Cuba, bajo la dictadura dinástica que impera desde hace más de medio siglo, en los medios de comunicación existe solo una gran mentira, que tratan de disfrazar de gran verdad. No hay lugar para un punto de vista diferente. La prensa publica falsas estadísticas sobre la alimentación, la salud pública, la eficacia del transporte colectivo, lo que sea, y no hay quien pueda disputar la gran mentira en esos medios de comunicación.

3. Tampoco se permite en la finca de los Castro la protesta fuera de los medios de comunicación controlados. Si un médico como Darsi Ferrer se queja del pésimo sistema de prestación de servicios de salud o la terrible situación de los viejos exboxeadores que conquistaron medallas en competiciones internacionales y ahora viven en la miseria, el estado lo aplasta. Lo encarcela por cualquier cosa, como, por ejemplo, por tener dos bolsas de cemento en su casa. Si quien protesta es un humilde ex marinero mercante desempleado y alcohólico, como hizo Pánfilo, y dice a una cámara que en Cuba lo que hace falta es “Jama,” el infeliz va a dar a una cárcel por dos años.

4. Hay muchísimos otros ejemplos de cómo en Cuba se aplasta la libertad de expresión. Pero estos dos son muy ilustrativos. A un médico disidente que denunció deficiencias en el sistema sanitario lo meten preso porque supuestamente tenía bolsas de cemento en su casa. A un pobre alcohólico lo encierran porque dijo que tenía hambre.

5.  No podemos obviar, por supuesto, atentados monstruosos contra la libertad de expresión como la vez que a una poetiza le hicieron tragar sus poemas y como a un escritor y poeta de fama internacional lo obligaron a humillarse públicamente o como a unas mujeres vestidas de blanco que claman por la libertad de sus maridos, hijos y padres las golpean en las calles las turbas organizadas por el régimen.

6. Y, por supuesto, quienes fueron fanáticos u oportunistas miembros de las cúpulas de poder y caen en desgracia, también sufren el oprobio de ser vilipendiados, sin oportunidad de defenderse. Al General Arnaldo Ochoa no solo lo fusilaron físicamente. Lo fusilaron en la prensa controlada con todo tipo de acusaciones sin que un solo periodista oficialista le preguntara por su versión de lo que decían de él quienes le acusaban. . A Roberto Robaina, Carlos Lage, Felipe Pérez Roque y Fernando Remírez de Estenoz les perdonaron la vida. Pero no les dieron oportunidad de defenderse de las terribles cosas que dijeron sobre ellos en la prensa controlada. Y es que en la finca de los Castro si disientes de quienes mandan, si te apartas una fracción de pulgada  de la línea oficial y se sabe, te trituran sin darte la oportunidad de responder a los insultos, las infamias que dicen de ti. Allí la pelea es siempre de león suelto contra mono amarrado.

7. Pero si les va mal a los ex miembros de las cúpulas de poder  que caen en desgracia, mucho peor situación enfrentan los humildes ciudadanos  de a pie. Un ejemplo es el de los tres jóvenes negros que en 2003 trataron de salir de Cuba y llegar a Miami, como ha llegado tanta gente del mundo en busca de una nueva vida. En 72 horas, sin defensa adecuada, sin debido proceso, sin apelación, los fusilaron. Y los medios controlados dijeron cosas terribles de ellos sin que, por supuesto, ni ellos ni sus familiares tuvieran derecho a réplica.

8. Hay fanáticos que, por supuesto, apoyan que maten a quienes disienten de la línea oficial de la dictadura dinástica que ejerce poder absoluto en Cuba desde hace más de medio siglo. Pero cualquier persona con un mínimo de sensibilidad, de civilización, de sentido de la justicia, de apego a la tolerancia, se repugna por la falta de libertad de expresión que hay en Cuba y por la forma cruel, fulminante en que el aparato represivo de la dictadura dinástica aplasta esa libertad.

9.  Yo estoy convencido de que los artistas e intelectuales que firmaron la carta apoyando los fusilamientos de aquellos tres jóvenes negros que trataron de ir a vivir en Miami saben bien que aquello fue una monstruosidad . Estoy convencido de que saben muy bien que el terrible resultado de cincuenta años de dictadura dinástica es un país empobrecido y hambriento. Estoy convencido de que ellos, gente inteligente y en algunos casos talentosa, saben distinguir entre la Gran Mentira Oficial y la verdad que se ve, se palpa, se respira en cada rincón de Cuba.

10. Esos intelectuales y artistas firmaron  una carta apoyando una monstruosidad y callan la verdad quizá por miedo, quizá por oportunismo, por cinismo, por conveniencia. Pero la verdad es tenaz. La verdad no puede ocultarse para siempre.

11. Si algo útil ha surgido de toda esta polémica sobre el Concierto en la Plaza de la Revolución es que ya mucha gente sabe que hubo artistas e intelectuales que viven en Cuba que firmaron una carta apoyando que mataran a tres muchachos de pueblo porque se querían ir del país.

12. Yo pienso que firmar una carta apoyando ejecuciones sumarias  no es lo mismo que firmar las sentencias de muerte o dirigir el pelotón de fusilamiento. Hay distintos grados de culpabilidad. Pero en algún momento Silvio, Amaury, Pablo Armando, Nancy y hasta el mismo Abel tendrán que explicar porque firmaron esa carta.

13. A mi me encantaría preguntarles. Lo haría respetuosamente. Escucharía sus respuestas sin interrumpirlos. Reconocería el derecho que tienen de que se conocieran sus explicaciones, si las dieran,   en los medios de comunicación masiva .

14. No sé si alguien les hará la pregunta. Quizá sí.Tal vez no. Hay periodistas que tendrán acceso a Silvio y Amaury durante los días del Concierto de la Plaza de la Revolución. No sé si harán ese tipo de pregunta.

15. Comencé diciendo que tenía poco tiempo para escribir esto. Y llevo ya un rato haciéndolo. Ya se los he advertido. Esto es un blog. No es un ensayo. No es una columna. Escribo lo que me sale. No me edito. Perdonen la falta de rigor.

16. Pero ahora sí que se me acaba el tiempo. Y quiero decir que al igual que en Cuba hay fanáticos primitivos que están convencidos de que hay que silenciar, humillar y aplastar a quienes no piensan como ordena que se piense la dictadura dinástica y también hay gente que sabe la verdad y sin embargo la calla y agrega su voz o su firma al coro de la Gran Mentira, fuera de Cuba , en Miami mismo, también hay gente así, periodistas incluso, que quisieran imponer censura a quienes expresan opiniones distintas a ellos.

17. Hay gente que dice estar en contra de la intolerancia y son ellos los intolerantes. Hay gente que dice que en Miami hay quienes quieren sofocar la libertad de expresión y son ellos quienes quisieran ahogarla y, como no pueden, como no hay aquí brigadas de respuesta rápida ni el estado controla los medios, entonces tergiversan, distorsionan, mienten.

17. Pero, bueno, ese es el resultado de haber estado escuchando por tanto tiempo todo aquello de que quienes rompieron filas o nunca estuvieron en las filas de la dictadura dinástica son “gusanos.” Que palabrita, ¿no? Gusanos. Quien dice "gusanos" a otros seres humanos no cree verdaderamente en la libertad de expresión. Yo, por mi parte, jamás he pensado que otro ser humano es un insecto. Es más, hasta respeto el derecho de existir, de ser libres a su manera, de ser felices en la forma en que puedan ser felices,  de los insectos.

18. Para mi, calificar de “gusanos” a otros seres humanos es un tema de falta de la más esencial ética. Quien piensa así, quien piensa y dice y repite en público o privado que otro ser humano es un “gusano,” cae en una contradicción ética, en una deformación del carácter que le permite silenciar y aplaudir –sin ninguna carga de conciencia- los más horrendos crímenes. Desde el encarcelamiento de un pobre alcohólico que gritó que tenía hambre hasta el fusilamiento de tres humildes jóvenes que querían irse de su país.

19. Pero ya lo dije al principio. Hay un alto porcentaje de personas que verdaderamente no cree en la libertad de expresión por mucho que digan lo contrario. Hay gente así en Cuba. Hay gente así fuera de Cuba. En Cuba, las reglas del juego favorecen a los intolerantes. En Estados Unidos, las leyes y las tradiciones de libertad dan igualdad de oportunidades a todos quienes se enfrascan en un debate. Los intolerantes abiertos y los que se disfrazan de tolerantes pueden hablar, escribir, calumniar, difamar, y mentir.  A lo que no tienen derecho es a silenciar a quienes no piensan como ellos. A decir ellos sin que nadie les responda.

 20. Sobre el Concierto, pienso que se va a dar. Nadie lo debe ni puede prohibir. Quien único tiene ese poder es la dictadura dinástica. Quizá lo haga. Quizá decida la dictadura dinástica que no es bueno que algún periodista extranjero le pregunte a Silio o a Amaury porque firmáron aquella carta. 

 

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