Lo que sí se parece al nazismo es lo que ocurre en Cuba desde hace más de medio siglo.. 22 de agosto/09
El Ministro de Cultura de Cuba habló sobre el Concierto de la Plaza de la Revolución que será presentado por algunos artistas internacionales. Dijo esto Abel Prieto: “Hemos visto lamentablemente el rostro feroz del facismo desde Miami contra un proyecto tan hermoso.”
Se refiere Abel Prieto a las amenazas de muerte que ha denunciado haber recibido el cantautor Juánes. Se refiere al pequeño grupo de personas que destruyó discos que, según ellos, eran de música de Juánes.
Las amenazas hay que tomarlas en serio y están siendo investigadas por la Policía de Key Biscayne, que es donde vive Juánes desde hace tiempo. Ojala arresten a alguien, enjuicien a alguien, condenen a alguien por estas amenazas. Que le caiga todo el peso de la ley encima a quien hizo esas amenazas. Se dice que las amenazas fueron enviadas por Internet y tal vez eso haga fácil la detección y arresto de quien las envió. Ojala Juánes tenga oportunidad de prestar declaraciones en corte contra quienes lo amenazaron. Así es como se hacen las cosas en Estados Unidos. Sí hay arrestos, y posiblemente los habrá, y el caso llega a los tribunales Juánes probablemente tendrá que prestar declaraciones bajo juramento contra quienes le amenazaron. Y los abogados del acusado o los acusados tendrán la oportunidad de interrogar a Juánes. Así es como funciona un sistema judicial independiente en un país democrático. El acusador tiene derechos. El acusado tiene derechos. Eso es algo que no existe en Cuba.
Sobre las personas que destruyeron discos de Juánes, yo manifiesto aquí sin ningún reparo que estoy en contra de ese tipo de manifestación. Pero en Estados Unidos uno puede comprar un disco y escucharlo, regalarlo o destruirlo en público o en privado. Bajo la ley, nos guste o no, se considera mercancia. Quizá la protesta por aquel pequeño grupo de personas fue desagradable o descortés. Pero esmás que un poco exagerado compararla con la quema de libros por los Nazis. Los nazis, tristemente, eran muchos. Eran un poderoso grupo que, aún antes de llegar al gobierno, perseguían y mataban a los judios , los gitanos, los gays, los demócratas, los comunistas. Los Nazis hacían piras con montañas de miles de libros que prohibieron cuando llegaron al poder. Saquearon librerías y bibiotecas públicas y privadas para destruir los libros. . Si podían, enviaban a los campos de concentración y asesinaban a los autores de esos libros. Los más afortunados huyeron al exilio.
Yo pienso que el gobierno y el partido político del Sr. Abel Prieto se parece mucho más a los nazis que el pequeño grupo de personas que se congregó en la Calle Ocho de Miami, y ante las cámaras de televisión destruyeron unos discos. Si alguien fuera generoso, podría decir que ese pequeño grupo de personas estaba escenificando un espectáculo de teatro callejero.
Probablemente había más cámaras de televisión allí que personas destruyendo discos. Y les cuento algo. Algunos de los periodistas que fueron allí estaban muy contentos porque les encanta hacer reportajes que hacen lucir mal a los cubanos del exilio. Hay alguna gente en la prensa que resiente a los cubanos en general, le caen mal los cubanos, pero sobre todo los cubanos del exilio. Y cuando esta gente tiene oportunidad de hacer lucir mal a los cubanos , se da banquete. Yo conozco a una de esas personas que estuvo allí haciendo un reportaje –una persona latinoamericana - que abiertamente dice que los cubanos son unos caribeños incultos que no saben hablar y que son unos cobardes porque unos salieron huyendo de Cuba -los de Miami- y que los otros, los que se quedaron en la isla, también son unos caribeños atrasados y cobardes. Hay gente racista, anticubana y mal intencionada en la prensa que reporta desde Miami. Que nadie se equivoque. Y a veces esta gente le hace el juego –sutilmente- al régimen castrista más por el odio que siente contra los cubanos que por razones ideológicas. Aunque a veces lo hace por ambas cosas, porque es gente de extrema izquierda y a la vez se cree superior, por nacionalidad, por raza, a los cubanos. Por cierto, la gente que piensa así se parece mucho a los nazis.
Pero regresando a lo que dijo Abel Prieto. Señor, en Cuba, bajo la dictadura que usted sirve, quemaron las obras de pintores de la época republicana; prohibieron, encarcelaron y desterraron a escritores y poetas; al poeta Heberto Padilla lo obligaron a humillarse públicamente; a la poetiza Maria Elena Cruz Varela una turba organizada por el régimen la golpeo y la forzó a tragarse sus poemas; prohibieron los libros de Reynaldo Arenas, Guillermo Cabrera Infante y Lydia Cabrera; persiguieron hasta la muerte a José Lezama Lima y Virgilio Piñera; le negaron a las nuevas generaciones leer la poesía de Gastón Baquero y escuchar la música de Celia Cruz; prohibieron a los Beatles y los Rolling Stones cuando estaban en su apogeo, cuando eran la nueva ola de cultura popular. Y son tantas las cosas terribles que ha hecho el régimen que usted sirve para asesinar la cultura, que no hay tiempo ni espacio suficiente para narrarlo.
Pero termino con esto. No hay nada más parecido a Hitler vomitando odio en en el Berlín de los treinta y cuarenta que Fidel Castro dando alaridos por horas e incitando a una multitud en la Plaza de la Revolución a gritar ¡Paredón! ¡Paredón! No hay nada que se que se parezca más al nazismo con sus designios imperialistas y de conquista del mundo que lo que hizo la dictadura que usted defiende, entrenando y dando apoyo a guerrillas y terroristas urbanos que sembraron terror y muerte a lo largo y ancho de Latino América y Africa. No hay nada más parecido al terrible Kristallnacht de los Nazis que aquellas turbas organizadas por la dictadura castrista agrediendo a los cubanos que querían abandonar la isla en el Éxodo del Mariel. No hay nada más parecido a los intelectuales alemanes que le hicieron el juego a los nazis que cantautores, escritores pintores y Ministros de Cultura que firmaron una carta aprobando el fusilamiento de tres infelices jóvenes negros cubanos que solo querían ir a vivir a ese Miami que usted tanto odia pero que escogen como hogar cientos de miles de latinoamericanos, incluyendo el organizador del Concierto en la Plaza de la Revolución.
Yo no sé como le llamaría usted, Sr. Prieto, el fusilamiento en menos de 72 horas, que es lo que transcurrió entre el momento en que fueron acusados y asesinados, de tres jóvenes pobres que se cansaron de tanto oprobio, mentira y miseria que usted defiende a capa y espada. No sé si usted eso lo definiría como nazismo o facismo u otra cosa. Yo lo llamo atrocidad, monstruosidad. Yo le digo que eso se parece mucho más a lo que usted dice condenar que el hecho de que un puñado de personas destruya unos discos en la Calle Ocho de Miami. Yo no estoy de acuerdo con la destrucción de discos, libros, pinturas, esculturas ni nada que sea arte o se asemeje al arte. Usted, por otro lado, es Ministro de Culura de un régimen que ha hecho todo eso.
Pero pienso que es mucho peor destruir vidas. Pienso que es mucho peor destruir familias. Pienso que es mucho peor destruir un país. Y eso es lo que ha estado ocurriendo en Cuba durante los últimos 50 años. Lo que se parece al nazismo es lo que ha sucedido en Cuba por más de medio siglo. Lo que usted defiende, Sr. Prieto.
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