¿Regresará hoy Zelaya? (9:25 AM. 5 de julio/09)
¿Qué pasará en Honduras hoy?
Yo sigo sospechando lo que dije hace varios días. Pienso que el avión de Zelaya sobrevolará Tegucigalpa y no le darán permiso para aterrizar. Entonces volará a San José, Managua, San Salvador u otra ciudad, y allí Zelaya e Insulza se quejarán amargamente de que los “golpistas” no los dejaron aterrizar.
Ya los presidentes que decían que harían el viaje con Zelaya se echaron para atrás. No le veo suficientes hormonas a Zelaya ni mucho menos a Insulza para de veras arriesgar el pellejo. Son muy suaves, muy dados al trago, el buen comer y el protagonismo. Lo que les gusta es estar frente a las cámaras, echándose discursos dramáticos, posando como víctimas.
Por otro lado, los “golpistas” parecen ser gente más dura. Los pusieron contra la pared. Los amenazaron. Están en un estado de ánimo de “make my day.” Tienen mucho que perder. Si Zelaya regresa al poder, entonces tratará de imponer un régimen estilo Chávez. Habrá cárcel, exilio, cierre de periódicos, confiscaciones.
Esta gente del Socialismo del Siglo XXI debió haber leído a Sun Tzu. La dinámica en la política se parece mucho a lo que acontece en la vida diaria. A veces, cuando hay enfrentamientos, la gente común, y los políticos, se exaltan. Y hablan de acciones drásticas y heroicas. Lanzan amenazas. Pero esto fortalece la voluntad de lucha del adversario que se siente acorralado. Llega entonces el momento de la verdad, y quienes lanzaban las amenazas, retroceden.
Quizá de ahí sale el refrán de “perro que ladra no muerde.”
Ya se echaron para atrás, después de pensarlo bien, Rafael Correa, Cristina Kirchner y Fernando Lugo. En cuanto se dieron cuenta de que la situación pudiera ser peligrosa si viajaban con Zelaya a Honduras, se zafaron el cuerpo.
A Zelaya, después de haber hablado tanto, no le queda otro remedio que tratar de salvar un poco la dignidad. Y hará algún tipo de gesto, sin llegar a las últimas consecuencias.
Quizá me equivoque. A lo mejor hay algo de valentía en Zelaya e Insulza. Pero, por lo que he visto y escuchado en estos últimos días, pienso que el avión no aterriza.
Este señor no es como el filipino Benigno Aquino, que sí regreso a su país, abrazando así el martirologio.
Sea como fuere, ojala no corra la sangre de nadie en Honduras.
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