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RICARDO BROWN

QUE NO JODA SILVIO RODRIGUEZ (5 de mayo/09)

 

Silvio Rodríguez se queja de que Estados Unidos le negó una visa de entrada  a este país para participar en un homenaje a Pete Seeger, el legendario cantante de música folk americana que acaba de cumplir noventa años. Silvio se siente reprimido o deprimido o no sé que cosa  El pobre Silvio. Creo que lloró, o le dio una perreta y se lanzó al piso dando gritos y patadas.

Que no joda. Es un hipócrita. Lleva una eternidad cantándole a una dictadura de viejos sinverguenzas que obligan a los cubanos a pedir permiso para entrar y salir de su propio país. Pero nunca protesta  contra eso. No recuerdo que le saliera al paso a Ricardo Alarcón cuando éste le dijo la burrada aquella a unos estudiantes universitarios de que si todo el mundo pudiera viajar el planeta se destruiría o algo por el estilo. No recuerdo la cita exacta de Alarcón y no la voy a buscar en Google. Pero el hecho es que Silvio siempre ha sido un cantante de protesta de lo que pasa fuera de Cuba. Las injusticias que ocurren en Cuba las alaba o las oculta.

Yo siempre le he visto ciertos méritos artísticos a la música de Silvio. Escribe algunas buenas letras. Las melodías son agradables. Pero no es música original. Me parece que es una copia de lo que hacían Bob Dylan y Joan Baez y otros, entre ellos el cubano-irlandés Richard Fariñas,  en los años sesenta en Estados Unidos. Más bien, la música de SIlvio, Pablo Milanés y la otra gente de la Nueva Trova de Cuba es una version en español de lo que se escuchaba en Greenwich Village en los sesenta. La gran diferencia es que Bob Dylan, Joan Baez y otros cantantes de protesta estadounidenses protestaban de verdad. Se enfrentaban al poder. Denunciaban las injusticias que ocurrían en su país. Silvio, Pablo y los otros cantantes de la Nueva Trova solo han arremetido  contra lo que ocurre en el extranjero. Como músicos, tienen  talento. Como artistas comprometidos con la verdad y la justicia –y así siempre se han querido proyectar- son unos pendejos. Tienen estética, pero les falta ética.

Una de las canciones más conmovedoras de Bob Dylan, escrita cuando era casi un niño,  es "The lonesome death of Hattie Carroll," sobre una pobre trabajadora de limpieza negra que es asesinada por un niño rico de Baltimore, a quien un juez solo impone una condena de "probation," o libertad vigilada. . Por otro lado, uno de los más despreciables actos de Silvio Rodríguez, ya siendo un hombre camino a la vejez,  fue cuando firmó una carta en que apoyó los fusilamientos después de un juicio sumarísimo de tres jóvenes cubanos negros que trataron de huir de su país en una de las lanchitas que viajan entre  La Habana y Regla.

Que diferencia. El joven Bob Dylan cantó contra el racismo y un viciado  sistema de justicia que aplastaba a los débiles y privilegiaba a los poderosos. El Silvio Rodríguez maduro aprobó  el asesinato de tres jóvenes negros que querían salir de Cuba en busca de la libertad y las oportunidades que no encontraban en su país natal. Silvio exige que se permita entrar a Estados Unidos porque es un artista reconocido. Pero estuvo de acuerdo con que el régimen comunista de los Castro asesinara a tres jóvenes negros y pobres porque tuvieron la valentía de ejercer por la fuerza el derecho que le corresponde a todo ser humano, que es largarse de su país natal cuando allí no hay libertad ni esperanza. La canción protesta de Bob Dylan tuvo algo que ver con derribar muros de injusticia en Estados Unidos. La canción, que no tiene nada de protesta, de Silvio Rodríguez ha ayudado a maquillar la imagen internacional de una dictadura que lleva más de medio siglo en el poder.

Yo estoy de acuerdo en que, en principio, no se debe restringir el movimiento de los seres humanos. Los seres humanos  deberíamos ser tan libres como las aves migratorias y los peces.  Probablemente eso jamás ocurrirá. Siempre habrá dictaduras  como las de Corea del Norte, China, Cuba y  todos esos regímenes totalitarios  que le gustan a Silvio Rodríguez, que restringirán la libertad de la gente para entrar y salir de  los desdichados países que tiranizan. Dictaduras que hasta fusilan a quienes tratan de lograr el sueño de encontrar su porvenir del otro lado del mar, como los tres jóvenes cuyos asesinatos Silvio aplaudió. Es un sublime ideal utópico eso de poder viajar a cualquier lugar. Sin embargo,  es una cabronada, un descaro, que a estas alturas Silvio Rodríguez  se baje con que le violaron sus derechos humanos porque no lo dejaron entrar a Estados Unidos, un país donde no nació y en cuyos sucesivos gobierno se ha estado cagando por más de cuarenta años. A la bloguera Yoani Sánchez no la dejan salir de Cuba. A la Doctora Hilda Molina no la dejan viajar a la Argentina para reunirse con su madre y su hijo y conocer a sus nietos. Y yo no sé si la Doctora Molina fue cómplice del régimen hasta que le pisaron los callos o si es verdad que se arrepintió de haber sido parte del sistema opresivo que hay en Cuba. Pero el hecho es que, como hija, madre y abuela, tiene derecho de viajar a Buenos Aires para ver a los suyos. El mismo derecho que tiene Silvio Rodríguez de viajar a París, que es donde pidió la visa en la embajada de Estados Unidos para venir a este país a participar en el concierto en honor de Pete Seeger.

Al joven actor cubano residente en Miami Vladimir Escudero el régimen de Cuba le prohibió regresar a su propio país con el cadáver de su esposa, que murió repentinamente. Lo único que quería Vladimir era entregar el cuerpo a los padres de la muchacha. Y los genízaros de la Sección de Intereses de Cuba en Washington le negaron el permiso. Estoy seguro que ni Silvio Rodríguez ni Pablo Milanés dirán dada de eso, de lo cual indudablemente están enterados.

Que se vaya Silvio Rodríguez al mismísimo carajo con su lamento. Y no me vengan con el cuento de que es un artista comprometido, un obrero de la cultura, un espíritu libre. Gorki Aguila, reprimido, llevado a juicio y encarcelado por acusaciones falsas, sí es un artista comprometido con la verdad, un obrero de la cultura y un espíritu libre. Gorki denuncia las injusticias en el país en que vive, perpetradas por la dictadura que sufre su pueblo. SIlvio se la ha pasado cantando contra los Somozas y los Pinochets del mundo. Los dictadores del otro lado del mar. Es una suerte de Capitán Araña de la canción protesta. Gorki arremete contra la única familia y el único partido que ha ejercido un poder absoluto y tiránico por cincuenta años en su país , del cual no lo dejan entrar y salir libremente. Que defienda SIlvio Rodríguez el derecho de los cubanos de entrar y salir libremente del país donde nacimos, sin pedir visas ni permisos, antes de lloriquear porque no le permitieron visitar ul país en que no nació no vive  y  cuyo sistema de gobierno dice odiar.

Nadie niega el talento de Silvio. Yo lo reconozco. Pero reconozco también su dosis excesiva de hipocrecía, oportunismo e hijeputada. Compone muy bien, Silvio. Pero " Ojalá" que su "Unicornio Azul" le meta el cuerno por donde más le duela.

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