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RICARDO BROWN

ME CAE MAL EL GORDO DE MOLINA (2 de mayo/09)

 

Yo nunca he hablado personalmente con Raúl de Molina. Pero por alguna razón le tengo mala voluntad. Debe ser que le tengo envidia porque es famoso y gana mucha plata. Sí, es eso mismo. El gordo de Molina se codea con celebridades y hasta he visto que en su programa de televisión se mete en un jacuzzi con unas tipas espectaculares. Y yo soy un pobre pendejo que no tiene regreso a Univisión ni Telemundo y que escribe este blog que nadie lee. Pero bueno, asi soy yo. ¿Que carajos voy a hacer? Soy un amargado.

El pobre gordo. No me ha hecho nada. Ni siquiera sabe que existo. Pero la verdad es que no lo soporto. Y les cuento porque. Hace años, cuando murió George Harrison, el Gordo puso su voz a un reportaje en que dijo que Harrison era “el bajista” de los Beatles. Que imbécil. Que falta de respeto. Un tipo que se supone que es un reportero, o un presentador, o un comentarista o no sé qué, de espectáculos y no sabe que Harrison era el “lead guitar” de los Beatles. Uno de los mejores guitarristas de rock de todos los tiempos, El guitarrista que le dio el sonido tan especial a la música de los Beatles.

Claro que el gordo probablemente no escribió el reportaje. Estoy casi seguro que algún productor o productora, igualmente de ignorante que el gordo, escribió la estupidez esa. Y el gordo se limitó a leerla. Pero eso no lo excusa.

¿Cómo es que no corrigió el texto? Obviamente, el gordo no sabe que el bajista de los Beatles, igualmente talentoso en su instrumento que Harrison en la guitarra, era Paul MCartney. Pero esa es la gente que se destaca en la televisión en español de Estados Unidos, sobre todo en algunos  mal llamados programas de entretenimiento.

Reitero que soy un amargado y  que esto que escribo, además de no importarle a nadie, es venenoso y gratuito. Pero desde aquel día en que el gordo de Molina profanó la memoria de George Harrison, pienso que es un inculto, un puja gracias, un chusma y  un tipo inventado por algún productor o productora idiota. Y además, el gordo habla mal el español, probablemente habla mal el inglés también y tiene un vocabulario muy limitado de diez o quince palabras que recicla.

Encima de eso, pienso que es un hipócrita. Quiere hacerse pasar como muy amigo de los músicos gruperos mexicanos que aparecen en su programa.  Yo sospecho que el gordo los desprecia. No sé, pero estoy casi seguro que al gordo lo único que le interesa de México es la exquisita comida de ese país y tal vez el tequila. A lo mejor le gusta beber margaritas. Dudo que se haya leído un solo poeta o novelista mexicano o que sepa quien es Siqueiros o que haya ido a un solo museo mexicano. Se nota esto cuando habla.

Conozco a alguna gente que ha trabajado con el gordo y no lo quiere mucho. Dicen que el tipo de verdad se cree que es una gran estrella y es un déspota con los técnicos y camarógrafos. Conozco gente que se caga de la risa cuando llega el informe de los ratings y ve que, al menos en Miami, la Doctora Polo de Telemundo  le da terribles palizas diarias al programa del gordo. Yo no sé como será en otros partes del país, pero en Miami la doctora  le gana por un margen de mas de dos a uno al gordo y su co-anfitriona. Yo no me alegro. Tampoco me molesta. Me da lo mismo que gane o pierda el gordo o la Doctora Polo. No quiero que le cancelen el programa al gordo ni que lo echen del trabajo cuando vengan los próximos despidos en Univisión. Pero que pesado me cae.

Un tipo tan viejo como el gordo que no sepa quien era George Harrison tiene que ser bruto, pero bruto de verdad.

Pero, bueno. ¿Qué importa lo que piense un pobre pendejo envidioso como yo?

 

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