Blogia
RICARDO BROWN

Huelgas de hambre. 19 de marzo/10

 

Amnistía Internacional, que sepa yo, es muy rigurosa en definir a un “preso de conciencia.” Lo hizo con Orlando Zapata Tamayo.

Ahora, supongamos que Zapata Tamayo era un preso común, ¿quiere decir que no tenía derechos? ¿Quiere decir que sus carceleros estaban justificados en golpearlo, negarle cuidado médico y alimentación, vejarlo constantemente? ¿No tienen derechos los presos comunes?

El Presidente Lula da Silva comparó a Zapata Tamayo con los delincuentes de las favelas de Sao Paulo. No fue una comparación inteligente. Comienzo a dudar de la inteligencia y la ética de Lula. Yo pensaba hasta ahora que Lula era un hombre inteligente y ético.

¿Qué intentó decir? ¿Qué se justifica maltratar a los presos comunes en Brasil? ¿Es eso lo que hacen en Brasil?

Y, que alguien me diga: ¿Conocen de algún caso de un preso común que se haya declarado en huelga por 86 días hasta llevarla a las últimas consecuencias? Si Zapata Tamayo era un delincuente común, entonces posiblemente tenemos un hecho histórico. El primer preso común que muere en una huelga de hambre en protesta por las condiciones en que estaba encarcelado y por la situación política de su país. Y eso habría que respetarlo si fuera así.

Pero es que es obvio que no se puede tapar el sol con el dedo. Orlando Zapata Tamayo era un preso de conciencia, que murió por sus convicciones.

Yo respeto y defiendo la vida. Pienso que nadie debe morir en huelga de hambre. Pero jamás denigraría a quien, sea cual fuere su causa y su ideología, se sacrifique en una huelga de hambre.

Lo mismo los miembros del IRA que murieron en las cárceles británicas, que Pedro Luis Boitel u Orlando Zapata Tamayo.

Y si un preso común en Brasil muriera en una huelga de hambre protestando contra las condiciones en las cárceles de ese país, también le respetaría su vida y su muerte.

Me parece que eso es lo que imponen la decencia y la ética.

 

0 comentarios