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RICARDO BROWN

Políticos miamenses que aman los perros. (24 de julio/09)

 

El Condado Miami-Dade inaugurará mañana un “Dog Playground,” en el Parque Tropical.

Se anuncia que en ese “Jardín de Perros”  -no sé si se traduce así y no me joroben mucho si está mal- habrá una parte en que podrán jugar los perros grandes, que pesen más de 35 libras, y área en que podrán divertirse los perritos más pequeños.

¡Que tierno!

En el anuncio oficial de la apertura se habla de todo tipo de maravillas que habrá en este pequeño paraíso canino para los perros y sus dueños.

No voy a entrar en detalles.

Pero si veo que el proyecto costó 430 mil dólares.

No me jodan.

El Condado de Miami Dade tiene un déficit de 437 millones de dólares.

El alcalde está hablando de aumentar los impuestos a la propiedad.

De despedir a mil 700 empleados públicos.

De rebajarle el salario por cinco por ciento a los empleados públicos que no sean despedidos.

De reducir gastos en programas esenciales.

Y estará allí mañana el alcalde celebrando la apertura del “Dog Playground.”

Pienso que es un error del alcalde aparecerse en esa ceremonia.

Los 430 mil dólares que se gastaron en este proyecto ya no son recuperables.

Esa es plata gastada.

No es parte del nuevo presupuesto con cortes draconianos que propone el alcalde.

Los felices perros tendrán donde corretear libremente, dar saltos y agarrar los Frisbees que les lancen sus dueños, olerle los traseros a sus nuevos amigos caninos, mear encima de una mata para establecer territorio y hacer  todas las demás cosas que les divierten y entretienen.

Yo me alegro por los perros.

Guau, guau.

Pero, concho, si yo fuera el alcalde no estaría haciendo alardes sobre el parquecito de perros.

Simple y sencillamente, dejaría que lo abran sin mucha algarabía.

Que se enteren solo los dueños de los perros que van a ir a gozar de lo lindo en el “playground.”

Yo quisiera no haberme enterado.

¿Saben porqué?

Me encabronó enterarme.

Porque se hace obvio que el Condado Miami Dade está en tan mala situación económica debido a que el alcalde y los comisionados se gastaron la plata de los tiempos de vacas gordas en proyectos como este.

Un proyecto, digamos, simpático.

Pero no necesario.

¿Cuántos policías pudiéramos poner en las calles por 430 mil dólares?

¿No tenemos una ola de crímenes de violencia?

Si el alcalde y los comisionados aman tanto a los perros, quizá hubiera sido una mejor idea comprar perros policías, o sabuesos, o que se yo, para ayudar a combatir el delito.

O, mejor idea, ¿no hubiera sido mejor ahorrar esa plata y salvarle el trabajo a algunos de esos mil 700 empleados públicos que van a quedar en la calle?

Miren ustedes en donde vivimos.

En el propuesto presupuesto de Miami Dade no hay plata para ayudar a las organizaciones culturales.

Le van a quitar los almuerzos gratuitos a miles de ancianos pobres.

Van a reducir el servicio de buses.

Pero vamos a tener un maravilloso lugar para llevar a nuestros queridos perritos para que jueguen.

Por último, ¿Cómo diablos puede costar 430 mil dólares un espacio para que los perros hagan de las suyas sin estar sujetos por una correa?

Pero, bueno, este es Miami.

Donde hace días apareció un tiburón en una calle.

Donde a alguien se le ocurrió la idea de construir un hipódromo en el aeropuerto.

Donde han votado muertos en elecciones.

Donde…..

¿Para que seguir?

Este es Miami.

Punto.

I love it.

 

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