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RICARDO BROWN

BUSH DERROTO A MCCAIN. (1 de noviembre/08)

 

¿Qué va a pasar este martes?

No tengo una bola de cristal. Creo que no tengo prejuicios políticos.. Y si los tengo, son en contra de ambos candidatos presidenciales. Le veo defectos enormes tanto a Obama como a McCain. No me gusta ninguno de los dos. No soy un experto. Pero, por lo que leo, veo y escucho, pienso que Obama va a ganar.

¿Porqué? Porque la enorme mayoría de la gente en Estados Unidos quiere un cambio. Ven a Bush y los republicanos como un fracaso. Y ven a McCain como una continuación de Bush.

¡Que ironía! No hay dos personas más distintas que Bush y McCain. Es más, McCain no soporta a Bush. Lo desprecia. Y ahora tendrá más razones para detestarlo, porque Bush tiene mucho que ver con la probable derrota de McCain.

Uno puede estar de acuerdo o en contra de las propuestas políticas de Mc Cain. A uno le puede agradar o repeler la personalidad de McCain. Pero no creo que se pueda acusar a McCain de ser frívolo. El tipo es serio. Ser serio no garantiza que alguien va a ser un buen presidente. Pero ser frívolo sí es garantía de que alguien no será un buen presidente.

Hay enormes contrastes entre McCain y Bush. Durante la guerra de Vietnam, McCain fue un militar de verdad. Voló misiones sobre Vietnam. Le tumbaron el avión y pasó casi seis años como prisionero de guerra. Pudo haber aceptado la oferta de los vietnamitas de soltarlo antes. Los vietnamitas querían usar su liberación como propaganda. El padre de McCain, el almirante de cuatro estrellas John S. McCain II,  era el jefe del teatro de guerra.  Hay gente que se confunde sobre cual era la jerarquía del Almirante McCain. Dicen estos confundidos que era el Jefe de las Fuerzas Navales de Estados Unidos en el Pacífico.  Les corrijo la información. El Almirante McCain era el Jefe de las Fuerzas Arnadas de Estados Unidos en toda la zona del Pacífico y Asia. Era el mandamás. Los generales que dirigían la guerra en Vietnam eran subalternos del Almirante McCain.

Mi experiencia militar fue muy limitada y lejos de donde sonaban los tiros. Pero el poco tiempo que vestí un uniforme, me llenó de admiración por la gente que dedica toda una vida a servir en las fuerzas armadas. Y sobre todo a quienes arriesgan el pellejo, como McCain. McCain pidió ser enviado a donde estaba la acción,  la guerra de verdad. Y cuando fue capturado por el enemigo, se negó a usar el rango de su padre para que lo pusieran en libertad antes que sus compañeros de cautiverio.

Yo sé que eso de por si no califica a McCain para ser presidente.  Pero, desde mi punto de vista, es admirable.

Por otra parte, Bush cumplió su servicio militar como oficial de la Guardia Aerea Nacional de Texas. No hay nada deshonroso en esto. Pero hay una diferencia enorme entre patrullar los tranquilos cielos de Texas y volar misiones de combate en Vietnam. Al igual que McCain, Bush pudo haber usado la influencia de su poderoso papá para que lo enviarán al frente de batalla. Pero hizo todo lo contrario. Movió cielo y tierra para que lo dejaran entrar como oficial del Air National Guard de Texas, muy lejos de donde podía alcanzarlo un misil como el que derribó el avión de McCain.

Yo tengo una visión algo romántica de la historia. Admiro a los líderes que están dispuestos a poner sus vidas en riesgo por sus ideas. George Washington iba al frente de sus tropas. Napoleón desató guerras, pero siempre era el primero en desafiar el acero del enemigo. Bolívar se levantó contra la corona española y los combatió con su espada.

Las guerras son una mierda. Pero a veces son inevitables y hasta necesarias. Y pienso que es más respetable un líder que lance a una nación a la guerra, si en algún momento de su vida ha estado dispuesto a arriesgar su propio pellejo en combate.

A mi me molestó mucho aquel aterrizaje de Bush en un portaviones, disfrazado de piloto naval, cuando declaró que había terminado la fase de operaciones militares grandes en Irak. Me molestó mucho porque pensé como en las primarias presidenciales republicanas del dos mil los buschistas habían llevado a cabo una sucia y difamatoria campaña contra McCain, que sí había sido piloto naval durante una guerra, que sí había despegado y aterrizado en portaviones rumbo y de regreso de misiones de combate. Me pareció repugnante aquello del aterrizaje y el disfraz de Bush,  un invento del gurú político, Karl Rove, un evasor del servicio militar obligatorio durante la guerra de Vietnam.

La frivolidad, la falta de seriedad, marcó el gobierno de Bush. Recuerdo el mes de agosto del 2005, cuando había ganado la re-elección. Era un momento terrible en la guerra en Irak. Cada día morían jóvenes estadounidenses. Se acercaba el Huracán Katrina a Nueva Orleáns.  Y Bush estaba de vacaciones en su rancho en Texas. Todos los días salían imágenes del Presidente cortando leña, montando bicicleta con Lance Armstrong, riendo. Corría la sangre en Irak y un huracán monstruoso amenazaba a una de las principales ciudades de Estados Unidos, pero el presidente estaba de pachanga allá en el rancho grande.

Pienso que es trágico que a McCain lo derrotó Bush en las primarias republicanas del dos mil y lo vuelve a derrotar ahora en el dos mil ocho. Estas elecciones no las ganará Obama. Las perderá Bush. La campaña presidencial de McCain ha sido un desastre. Pero el factor principal de lo que parece ser su derrota segura es el rechazo de gran parte de los votantes a la forma en que ha sido dirigido el país en los últimos ocho años.

Yo no sé que como le hubiera ido a Mc Cain  de presidente. Pero al menos no es un tipo frívolo. Pienso que hubiera respetado la majestad del cargo.  No sé como le irá a Obama en la Casa Blanca. Confieso que me parece vanidoso, elitista y oportunista. Pero todo apunta a que va a ganar.

 

 

 

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