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RICARDO BROWN

Espinosa llamó a un programa radial 28 de octubre/09

Espinosa llamó a un programa de radio en que abren los micrófonos al público. Esto es lo que dijo:

“Mire, quiero informar  a los radio escuchas que no se dejen engañar. Quiero denunciar aquí que Alejandra Guzmán ha sido víctima de una conspiración de los banqueros suizos. Fueron ellos, que no tienen escrúpulos ni madres que los parieran, quienen mandaron a inyectarle el veneno ese que por poco le hace reventar los glúteos. Ya le habían hecho lo mismo a Henry Kissinger cuando se peleo con ellos por el penoso episodio de la Serie Mundial en Nueva York entre los Yankees y los Mets, aquella farsa que llamaron la “Serie del Subway” y cuyos resultados habían sido ya pactados por la Reina de Holanda, que es una degenerada, y Colin Powers que, como he denunciado en varias ocasiones, es una marioneta de las grandes firmas farmacéuticas que controlan a la Organización de Naciones Unidas y al Sea Aquarium de Miami. Ya yo he dicho todo lo que hay detrás de esa ballena asesina senil que tienen en el Sea Aquarium, pero nadie me ha querido hacer caso. Quedó Kissinger con el trasero que parecía la cara de Oscar de la Hoya después de aquella pelea con el pseudo filipino Manny Pacquiao que también fue arreglada, pero por Margaret Thatcher y la General Electric. Todo el mundo sabe que Pacquiao es croata. Yo tengo una copia de su certificado de nacimiento. Esos banqueros suizos son los que les han inyectado las nalgas a todos los mandriles de Africa y los que hay en los zoologicos y por eso tienen el trasero inflamado y de color purpura , que es como querían que se viera Alejandra Guzmán. Yo traté de comunicarme con Alejandra Guzmán. Hice todo lo posible por advertirle que no se dejara poner esas inyecciones en las nalgas. Pero no pude porque tengo el teléfono intervenido por la Cruz Roja. La Cruz Roja monitorea todas mis llamadas. Están grabando esto que les estoy diciendo ahora mismo. Pero a mi no me importa. No les tengo miedo. Si se atreven a venir a ponerme inyecciones en el trasero se las van a ver muy mal. Yo no soy Kissinger ni Alejandra Guzmán. Bueno, les he tomado demasiado tiempo. Además, me tengo que ir a hacer mis gárgaras con tinta de calamar, que son muy buenas para la vesícula y las rodillas.”

Y Espinosa colgó como siempre lo hace, lanzando el teléfono contra la pared y dando un alarido como los de Tarzán que siempre provoca que uno de sus vecinos llame a la policia, ya que el programa de radio al que suele llamar se transmite de dos a cinco de la madrugada.

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