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RICARDO BROWN

Estoy en desacuerdo con Juan Formell sobre el Concierto de la Plaza de la Revolución. 2 de septiembre/09

 

Si bien para gustos se hicieron colores, para oídos se hizo música. Juan Formell acaba de hacer unas declaraciones denostando la música de Gorki Aguila. Dice Formell que Gorki no tiene nada que buscar en el Concierto de la Plaza de la Revolución porque “no hace nada de valor.” Eso es lo que en español se llama ningunear. Es lo que en inglés de llama un “putdown.”

Formell, por supuesto, tiene derecho a pensar y decir lo que le de la gana. Como yo tengo el derecho de hacerlo también. Formell, indudablemente, es un gran músico.  Yo llevo años escuchando su música. Me parece que los Van Van son parte de la rica y casi alucinante tradición de música cubana que va de Esteban Salas, Ignacio Cervantes, el Trío Matamoros, Barbarito Diez, el Septeto Nacional, la Sonora Matancera, la Aragón, Roberto Faz, el Beny, Celia, hasta Irakere, Chucho Valdés, Gonzalo Rubalcaba,  Bamboleo y lo que hacen los raperos de Alamar.

A mi sí me parece que Gorki, y su música punk underground  encajan en esa tradición. Me gusta escuchar la música de Porno Para Ricardo,  su letra desafiante y hasta su sonoridad estridente.

Yo pienso que Formell se nos ha vuelto un poco esnob. Le puede pasar a cualquier artista, por muy populares que sean sus raíces, por muy bueno que sean en crear obra de altura que refleja el sentir de la calle y los barrios, que quizá es lo más alto que se puede crear. No sé si es por política o por ese distanciamiento de lo que viene después de uno y lo que uno ha hecho que puede  sufrir todo ser humano, incluyendo los artistas. Eso que llaman el “generation gap,” o la brecha generacional.

El arte bueno perdura. Sigue siendo joven. Lo que hizo Richard Egües hace más de cincuenta años va a seguir siendo bueno de aquí a cien. Pero el arte también evoluciona. Surgen nuevas expresiones  que también son buenas y van a perdurar. Los artistas nuevos y las nuevas manifestaciones culturales no borran ni opacan a lo bueno que ya se hizo. Pero también tienen derecho a ocupar su lugar bajo el sol. Y lo van a ocupar, aunque sea a empujones.

Y yo no sé, pero a mi me huele que Formell se cree que él es el mismo sol. Ya lo dije,  no disputo su talento ni el valor de su obra. Pero me suena bastante esnob lo que dijo sobre Gorki aunque no me sorprende. Los músicos y otros artistas también tienen sus cositas oligárquicas y elitistas , aunque sean comunistas y hagan música bailable. Llegan a creerse que son mejores que otros y tienen más derecho a ocupar un lugar bajo el sol. O, en este caso, digo de nuevo que lo sospecho de Formell, a creerse que son el mismo sol.

Para mi la música de Gorkí es buena. Como es buena la música de Los Aldeanos y de Silvito el Libre, que tampoco estarán en el escenario en la Plaza de la Revolución. Como es buena la música de Juan Carlos Formell, el hijo del líder de los Van Van que vive fuera de Cuba. Una vez leí que a Juan Carlos no le gusta la música de su papá. No sé si están peleados padre e hijo por razones personales o de política. Lamentablemente lo que hemos vivido los cubanos en los últimos cincuenta años ha causado mucha bronca política y personal entre padres e hijos.  Pero me llamaron la atención aquellas palabras que leí atribuidas a Juan Carlos Formell. Me dieron cierta tristeza. Pienso que es mucho mejor que se lleven bien los padres y los hijos y que no se peleen, sobre todo, por razones políticas. Y que si son músicos con estilos y conceptos diferentes, que respeten esas formas distintas de ser inspirados  por sus Musas. Yo escucho la música de Juan Formell y los Van Van y también  la que hace Juan Carlos Formell. Pienso que tanto padre e hijo son excelentes. Me parece que ambos hacen música cubana. No sé como se llevan en lo personal. Ojala que se lleven bien. Y si es que se llevan mal, ojala que se reconcilien.

Pero regresando al Concierto de la Plaza de la Revolución, hay músicos cubanos, que viven  dentro de la isla o en el exilio, que no estarán en el escenario y que, perdónenme, son mucho mejor que algunos de los famosos artistas internacionales que han sido invitados o que se han invitado ellos mismos. Me atrevo a decir que algunos de esos artistas cubanos  son Silvito el Libre, los Aldeanos, Gorki y el mismo Juan Carlos Formell.  Estos músicos tiene una visión del arte quizá distinta a la de Juan Formell. Pero es buena. Encaja en la tradición musical cubana, siempre en evolución. No deben ser excluidos estos músicos.

A mi todo este lío del Concierto de la Plaza de la Revolución  me ha alborotado el nacionalismo. Yo amo a Cuba, su gente y su arte. Y pienso que la más emblemática expresión cultural cubana es su música. Pienso que Cuba siempre ha sido una superpotencia musical. A mi, francamente, me molesta un poco ese tonito de “les vamos a salvar la vida,” de algunos de los músicos extranjeros que están organizando el Concierto de la Plaza de la Revolución. ¡Por Dios! El destino nos ha castigado mucho a los cubanos y nos ha dado pésimos políticos. Pero siempre, en todas las etapas de nuestra historia, hemos tenido una música y unos músicos descomunales.

Yo pienso, por ejemplo, que Juan Carlos Formell, el hijo  de Juan Formell, que vive en Estados Unidos, es mejor compositor y guitarrista que algunos de los músicos que no nacieron en Cuba y se presentarán en el Concierto de la Plaza de la Revolución, aunque no es tan conocido ni gana tanta plata como esos músicos extranjeros.

Yo pienso, por ejemplo, que Silvito el Libre, que vive en Cuba y es hijo de Silvio Rodríguez, es un creador e intérprete muy superior a algunos de los famosos músicos extranjeros que son parte del cartel del Concierto de la Plaza de la Revolución.

Pero ni Juan Carlos Formell ni Silvito el Libre cantarán el 20 de septiembre. No tienen “palos  internacionales,” como dice Juan Formell en su ninguneo o “put down’ a Gorki. Y hacen música muy distinta a lo que hacen Los Van Van. Pero es buena música. Y es cubana.

A mi me parece que en ese Concierto de la Plaza de la Revolución, como ha pasado tanto en Cuba, sobre todo en estos últimos cincuenta años, se le da más importancia a lo extranjero que a lo nacional. Me luce como eso de prohibirle  a los cubanos entrar en los hoteles de lujo en que se hospedan los turistas. Se me parece mucho a eso de que un extranjero puede entrar y salir de Cuba cuantas veces quiera y los cubanos tienen que pedir permiso para hacerlo.

Y opino  que Juan Formell ha sido un poco elitista en lo que dijo de Gorki. Me parece que lo que dijo suena mucho a lo que se decía de los músicos que se presentaron en Woodstock.

Por cierto, la mayoría de los músicos en Woodstock eran menores de 30 años, casi todos ellos menores de 25. Los músicos que se van a presentar en el Concierto de la Plaza de la revolución son casi todos mayores de 35 años. Se puede hacer música joven a cualquier edad. Pero, concho, ¿por qué no incluyen en ese escenario a alguna gente más joven? La música, la cultura, la vida misma,  se nutren de lo nuevo. Un artista como Juan Formell, a sus 67 años, puede hacer cosas muy nuevas. Pero hay que escuchar lo que hacen los creadores jóvenes.

Y tengo más cosas que decir. Sé que lo que digo no tiene importancia ni peso y se lo lleva el viento. Pero, caramba, cuanto me divierto haciéndolo.

 

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