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RICARDO BROWN

El boxeador y el médico. La explotación en la finca de unos viejos sinvergúenzas. (1 de agosto/09)

 

Luis Franco ganó anoche. Se anotó un nocaut en el primer asalto sobre su rival en su primera pelea como boxeador profesional en Estados Unidos.

Luis es un peso pluma de 27 años. Llegó de Cuba recientemente. Como parte del equipo de boxeo de Cuba, celebró unas 400 peleas como amateur. Yo lo conocí la semana pasada. No hablamos de política, y sin embargo tuvimos una conversación muy política.

Luis me dijo que se buscó la forma de irse de Cuba porque quería ganar fama y fortuna como boxeador. Para mi, esa fue una decisión política de Luis. Un rechazo a la dictadura dinástica bajo la cual nació y que se cree que es dueña de todo lo que hay en Cuba. Las montañas, las palmas, los ríos, la historia, la cultura, los brazos de los peloteros y los puños de los boxeadores.

Luis, sin filosofar mucho, un día decidió que él sería dueño de su futuro y su libertad y mandó al carajo a los viejos hijos de puta que llevan más de medio siglo oprimiendo, hambreando al pueblo y hablando mierda.

Luis aspira a ser campeón mundial. Tuvo un buen comienzo anoche, pero no sé como le irá en el futuro. Ojala que llegue a su meta. Sea como fuere, Luis es libre. Que gane mucha plata. Que la invierta bien o la despilfarre en mujeres y borracheras. Son decisiones que corresponden a él. No a los viejos cagalitrosos que mandan en Cuba y que lo único que han logrado es sumir a ese país en la más absoluta miseria.

Hace días también hablé con una hermana del Dr. Darsi Ferrer que vive en Miami. Se llama Aida. Es una bella e inteligente mulata cubana de 28 años, que está casada con un tipo bien buena gente que instala  "shutters."  Aida tiene dos lindos niños. Su hermano, Darsi Ferrer es un médico disidente que vive en Cuba. Lo acaban de arrestar. Lo acusaron de tener en su casa dos sacos de cemento que supuestamente compró en la bolsa negra.

¡Imaginense ustedes el grave delito!  ¿Que sistema de gobierno más mierda, más miserable, puede haber que uno que mete preso a un médico porque compró cemento en el mercado negro? ¿En que otro país del mundo tendría un médico como Darsi Ferrer, un profesional con largos años de estudio, la necesidad de estar comprando cemento en el mercado negro?

En Cuba vive mal todo el mundo. Los jubilados y los profesores universitarios. Los albañiles y los ingenieros. Los limpiabotas y los médicos. Todo el mundo pasa necesidades. Es consecuencia de 50 años de un sistema de gobierno que no es solo opresivo. Es ineficaz. No sorprende que un médico como Darsi Ferrer tenga que estar buscando cemento en la bolsa negra para evitar que su casa le caiga encima a su mujer y su hijo. Sospecho que Ferrer sí compró esas bolsas de cemento en el mercado negro. ¿Y saben qué? A mi me importa un carajo. Es más, pienso que hizo bien. La primera responsabilidad de un padre de familia como Darsi Ferrer es proteger a los suyos. Y si compró cemento ilegalmente para evitar que se derrumbara su casa, yo lo aplaudo.

Pero la realidad es que al Dr. Ferrer lo agarraron preso porque es un valiente disidente que siempre se ha buscado la forma de romper la censura y ha denunciado que en Cuba hay una terrible dictadura y que a la vez la economía es un desastre. Lo metieron preso porque ha denunciado que el sistema de cuidado médico en Cuba es una catástrofe. La policía política cubana, la Gestapo Castrista,  usó las bolsas de cemento que tenía en su casa como pretexto para ponerlo fuera de circulación. Porque a los viejos hijos de puta que mandan en Cuba les molesta enormemente que se sepa la verdad sobre ellos y lo que han hecho con Cuba.

Ellos quieren que el mundo entero crea que Cuba es un paraíso. Un mar de felicidad, como cacarea toda la gentuza de la izquierda hipócrita y despreciable que defiende el oprobio que sufren los cubanos.  A los viejos hijos de puta que mandan en Cuba  les encabrona que alguien como Darsi Ferrer, nacido y criado en ese sistema, grite al mundo que en ese país no hay libertad y que la gente pasa hambre y vive hacinada  en casuchas miserables y que el sistema de salud es inoperante y no se parece en nada a las mentiras que propagó el gordo hediondo, miserable, Michael Moore en su documental.

A los viejos hijos de puta que mandan en Cuba solo les interesa que el mundo conozca documentales como ese de Michael Moore en que canta loas a la medicina en Cuba. Y le jodió mucho a esos viejos hijos de puta que Darsi Ferrer colaboró en un documental en que se desbarató otra de las grandes mentiras de la dictadura. La forma en que son tratados los deportistas cubanos una vez que dejan de ser estrellas y dejan de ser instrumentos de la maquinaria de propaganda del régimen. En el documental KnockoutKuba, el Dr. Ferrer y el cineasta Manuel Benito del Valle entrevistaron a varias glorias del pasado del boxeo de la Cuba Comunista. Todos viven en horripilantes casuchas, pasando hambre, con graves problemas de salud. Olvidados por un sistema que los uso, los exprimió, los explotó  para sus fines propagandísticos y luegos los echó a la basura, para que se hundieran en la pobreza y la desesperanza como el resto de los cubanos.

La dictadura se ha pasado medio siglo hablando de los supuestos horrores del deporte profesional en el mundo capitalista. Mientras tanto, siempre abusó de los deportistas que nacieron en la Revolución. A muchos les hizo creer que el talento con que nacieron era de la Revolución, que es decir de la familia Castro. Los usaron como se usaba a los esclavos en las épocas más terribles de la historia. Exhibiéndolos, atribuyendo a la Revolución sus triunfos, que en realidad no eran otra cosa que el resultado del talento natural de esos atletas y la disciplina que tuvieron, su esfuerzo personal por superarse. Y cuando les pasó el fugaz momento de gloria que tiene todo atleta triunfador , cuando dejaron de dedicar sus victorias y medallas al Comandante en Jefe y a la Revolución, fueron olvidados y pasaron a ser como los demás cubanos. Tuvieron que ser parte de los once millones de cubanos que viven sin libertad ni esperanza.

Yo me alegro por ese boxeador cubano, Luis Franco, que ganó su primera pelea profesional anoche. Me alegro porque optó por la libertad. Decidió a su manera que sus puños, su velocidad, su técnica en el cuadrilatero pertenecen a él. No son propiedad de una falsa revolución ni de una familia de déspotas y sus allegados que lo único que han logrado en medio siglo es joder a un país que se merecía mejor destino.

Lo único que han hecho esos viejos degenerados es lograr que en Cuba no haya libertad y que los médicos jóvenes como Darsi Ferrer y los boxeadores que fueron campeones olímpicos como los que entrevistan en el documental KnocautKuba vivan en horripilantes condiciones de pobreza sin esperanza de poder superarlas.

Y que otros jóvenes, como Luis Franco y Aida, la hermana del Dr. Ferrer, se tengan que ir de Cuba.

El boxeador Luis Franco, triunfe o no en el pugilismo,  ya ganó por el mero hecho de ser un hombre libre en un país libre, aunque no sea el suyo.

El médico Darsi Ferrer está preso en una isla que de por si es una gigantesca cárcel. Pero también es un hombre libre, porque decidió que no seguiría aceptando las mentiras de la dictadura ni callaría las terribles verdades de cómo se vive en Cuba.

Ambos nacieron en la llamada Revolución. Ambos decidieron que no iban a ser esclavos de la familia de déspotas que lleva más de medio siglo en el poder en Cuba sin el permiso ni el apoyo del pueblo que han explotado, oprimido y hambreado.

Yo no sé cuanto tiempo durará más en el poder la dictadura castrista. Podrá durar una semana, otros cincuenta años o quedarse en el poder hasta que llegue el Armagedón. Pero, por mucho que mate, oprima e imponga el hambre como instrumento de control,  jamás logrará que todos los cubanos acepten ser esclavos. El boxeador y el médico, el que se fue y el que quedó en Cuba, son prueba de ello.

 

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