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RICARDO BROWN

Impuestos y el Alcalde de Miami Dade (22 de julio/09)

 

A veces pienso que la economía verdaderamente no es una disciplina muy acertada.

Se equivocan mucho los economistas cuando hacen pronósticos.

Mire a Greenspan.

Hace años, cuando era el jefe de la Fed, era el gran gurú.

Ahora resulta que estaba despistado.

Con todo aquello del crédito barato, contribuyó a que se inflara el globo inmobiliario, que inevitablemente explotó.

Me cargan los economistas.

Pero a veces, tal vez por golpes de suerte, aciertan.

A veces dicen cosas sabias que uno puede creer, basado en pasadas experiencias.

Por ejemplo, el viejo Miller, un profesor que tuve.

Decía que una de las grandes causas de la Gran Depresión fue que a Herbert Hoover se le ocurrió aumentar los impuestos en momentos en que la economía del país se empantanaba.

“Uno nunca aumenta los impuestos en momentos de recesión,” decía Miller.

“Es principalmente por razones sicológicas,” aseguraba.

“La economía es el estudio del comportamiento de masas,” aseguraba.

“La decisión de gastar o no gastar es sicológica,” sentenciaba.

“Para salir de una recesión, la gente tiene que estar confiada lo suficientemente como para gastar su dinero,” nos decía.

“Si hay desempleo, ejecuciones de hipotecas, bancarrotas, etc., quienes tienen aún un trabajo tendrán la tendencia de no gastar su dinero. El gobierno tiene que estimular a esa gente a gastar para que circule el dinero y genere actividad económica. Si el gobierno aumenta los impuestos, aunque sea levemente, eso frena el gasto de quienes tienen ingresos. Es un efecto sicológico,” nos repetía Miller.

Bueno, eso es más o menos lo que decía.

La verdad es que han pasado muchos años

Pero, esencialmente, Miller culpaba a Hoover por desatar la Gran Depresión porque aumento los impuestos en momentos de desaceleración de la economía.

Yo estoy seguro que el Alcalde de Miami Dade jamás tuvo un profesor como Miller.

Es una locura, si uno quiere incentivar el mercado inmobiliario, proponer un aumento a los impuestos a la propiedad, aunque sea por unos cuantos dólares al año, como dice Alvárez.

Un aumento de impuesto es un aumento de impuesto.

Punto.

“Es sicológico,” diría Miller.

Miller me dio una “C” en su curso de economía.

Al Alcalde Alvárez lo hubiera suspendido.

 

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